24 abril 2009

13. Los sinrostro

El hijo del hombre. René Magritte. 1964


Es raro, pero alguna que otra vez, añoras las tardes en las que tenías 18 años. Prometiste odiarlas y esconderlas, pero de vez en cuando salen a flote. En el fondo no están mal, son anécdotas divertidas, que sueles contar a la gente cuando te va conociendo y que, en el fondo, hacen algo más interesante tu vida pasada. Sin embargo, aunque no te des cuenta, te estás obligando a plantearte si el sistema de valores que te impusiste hace ya cuatro años, en marzo de 2005, es el adecuado o no. 

Eras joven y no muy guapo. Tu barba no contrastaba con el aparato de dientes. Tu cuerpo siempre temblaba mientras te acercabas a la estación, o al NH, o a la Plaza, o al Caprabo... Intentabas no sonreír mucho y tener las manos quietas. Conversabais sobre cosas banales, trabajos, vidas en solitario y gustos sexuales. Intentabas jugar y ganar, llevar las riendas de la situación, pero casi nunca lo conseguías. Os mirabais, os besabais y ahí acababa todo. Lo omitido, salvo excepciones honrosas, no tiene importancia.

Te cuesta acordarte de los nombres de muchos. De las caras (y las pollas), también. Sin embargo, recuerdas con exactitud el pisito de 30 metros cuadrados, el altar improvisado en medio del salón, las patatas tiradas en una de las muchas habitaciones vacías, la foto de Mónica Naranjo en el cuarto de baño y las de las sobrinas en el salón, el espejo en la cabecera de la cama, la cadena de oro que siempre se quitaba antes que los pantalones... Sus dueños, no sé si por suerte o por desgracia, son sólo entes que ni siquiera soy capaz de enumerar sin dejarme alguno por el camino.

Hoy casi vuelves a caer. Parece majo. Es halagador y hasta escribe con tildes. Parece guapo. NO, es guapo y hasta de tu tipo. Sin embargo, en el último momento le dices que no, que te ha surgido un imprevisto, que te tienes que marchar. Le desagregas, pero no le eliminas. Quizá dentro de un par de viernes, los recuerdos de los sinrostro vuelven a tambalear tu (desgastado) sistema de valores y desearás, de nuevo y a pesar de todo, que se acerquen las tardes de los viernes.

14 abril 2009

12. Copenhague

Jdwak acaba de tomar ¿Que canción de Vetusta eres? prueba y obtuvo el resultado: Copenhague
Bohemio,soñador...La melancolía del no saber si empiezas o acabas...dudas...está claro, lo que más te gusta es DEJARTE LLEVAR!!!

Sí y no. No sé. Creo que voy a estallar por dentro. No puedo dejarme llevar, no, es imposible, no quiero que se repita, no, no, no, no. Esto no es lógico y vamos a sufrir, vamos a quedar mutilados de por vida, vamos a morir por dentro. Dudo. No puedo evitarlo. Nunca puedo resignarme a hacer todo algo más complicado de lo que ya de por sí es. Los límites de lo normal y lo anormal, de lo convencional y de las dulces locuras ya no están claros. No quiero dañar y la razón, la supuesta razón, lo que coño sea eso que hace distinguir a los locos de los cuerdos, me/nos está matando.


El corría nunca le enseñaron a andar se fue,
tras luces pálidas
Ella huía de espejismos y horas de mar
Aeropuertos unos vienen otros 
se van igual que Alicias en ciudad
El valor para marcharse el miedo a llegar

(...)

Dejarse llevar suena demasiado bien

No me puedo dejar llevar. Y eso, aunque no lo creas, duele.

12 abril 2009

11. @·/&#¬)9O"#

Este blog queda clausurado temporalmente por incidencias técnicas en la salud mental de su propietario. Hasta nuevo aviso (el martes por la tarde, seguramente) no habrá más actulizaciones.

Un saludo
Dr. Jdwak (sí, me automedico, ¿qué pasa?)

10 abril 2009

10. Pecados

Me pregunto si a todo el mundo le pasará lo mismo. Me pregunto si en los métodos tradicionales de interacción sexual y afectiva rigen las mismas normas. Me pregunto si todo el mundo, antes de irse a dormir, compara la pesadez de sus párpados con el desánimo de saber que han vuelto a perder un día de sus vidas.

Estamos en Semana Santa y, estos días, he pecado de múltiples formas. He mandado un e-mail pésimamente redactado pidiendo explicaciones a alguien que no me las debe. Me he creado dos perfiles, que, aunque tienen textos de los que me enamoraría, han perdido mi seña de identidad, aquélla con la que pensaba que era superior. Me he sentido poco querido, poco valorado y feo. He buscado, rebuscado y rogado, mostrando la más desesperada y patética de mis caras. 

No sé qué me pasa, en serio. Hoy he hablado de sexo en exteriores, de óperas, del sentido metafísico del término “gente”, de la Nouvelle Vague, de la bisexualidad, de Marisol, de hazteoir, de las lágrimas motivadas por la plenitud y la belleza. Hoy he tonteado con un alternativo rubio y depravado y me he contado secretos con un gaditano que estudia dos carreras. Sin embargo, ahora, justo antes de irme a dormir, no me siento mucho mejor que cualquiera que haya comentado la actuación del Barça en la Champions o se haya lamentado de que el de ‘Los hombres de Paco’ haga de gay en ‘Mentiras y gordas’. No importan los temas a tratar; la sensación de vacío, de cansancio y de hastío sigue siendo la misma.

Lo más curioso es que el malestar ya habrá pasado al despertarme. Mañana me levantaré tarde y, una vez comido y despejado, volveré a cometer la misma secuencia de errores que me dejan KO cada noche a las dos de la madrugada. No hay solución posible, el proceso ya es imparable y va a ser tremendamente difícil frenarlo sin ayuda de nadie. Por eso creo que lo mejor es dormir y plantearme, ya mañana, si debería ir a desintoxicarme.

Buenas noches. 

07 abril 2009

9. Purple rain

Hoy ha llovido. Hoy mi blog es morado.  I only want to see you bathin in the purple rain.